Saturday, May 29, 2010

Cuando muera, ¿qué estarás haciendo?

Friday, May 21, 2010

La descarada me dicen...

Hoy, después de mucho tiempo viviendo en la ciudad, tuve algo que tal vez todos ustedes están familiarizados...
UN MAL/HORRIBLE/DETESTABLE/NEFASTO día.

No sólo comenzó mal, ya que sufro de interminables dolores abdominales a causa del desprendimiento de mi endometrio, si no que al dirigirme a las horribles tierras de mordor una amable señora me dio un puñetazo en el ojo izquierdo que me dejó deseándole una linda mañana, que se veía las necesitaba.

He estado teniendo esas horribles pláticas espirituales con mi yo interno (LOL) en las cuales me pregunto a dónde va mi vida, y qué es lo que planeo hacer de ella, y es que el rodearme de gente mayor y exitosa me pone mal haciéndome sentir como una vil miserable por ni siquiera saber qué quiero de comer, no digo que este mal ya que constantemente le digo a Luiz que TENEMOS 23 AÑOS Y ESTAMOS EN EDAD DE REGARLA, pero sé que de una u otra manera nos afecta de sobremanera.

Continuo...

Mientras venía arrastrando mis pies por una calle pensando en qué favor me haría un carro si pasara sobre mi regordeta persona, decidí fijarme hacia los dos lados, ya que me causa un pavor inmenso el sólo pensar quedar tirada en una horrible y sucia calle, mientras todas mis pertenencias son robadas por un sujeto X.

Finalmente tomé un camión hacía mi hogar, en un transcurso de 30 minutos en línea vertical, miles de personajes cada uno más bizarro que el anterior subía y bajaba del autobús, pero hubo uno que llamó mi atención era un sujeto entre 50 y 60 años, con ojos tristes, usaba una gorra para ocultar su calvicie (quiero suponer ya que no había sol), alto al lado de mi persona, y a lo lejos escuchaba: "1 por dos pesos, 3 por 5". Diciendo esto recorrió todo el autobus no ganando más de 7 pesos. De pronto se sentó frente a mi recargando completamente su cuerpo sobre el plastico que llaman silla, dejando sus piernas estiradas y su producto sobre su pelvis, sus ojos no veían nada mas que el vacío, y sus manos no se movían, eran simples utensilios para detener las bolsas de dulces que llevaba. No sé cuánto tiempo lo observé pero fue el suficiente para hacerme sentir la persona más miserable del mundo, por quejarme de cuestiones insignificantes, porque tal vez ese señor tenía una necesidad más grande que yo por decir ¡AL CARAJO!, pero ya saben bla bla, la familia, bla bla, estoy hormonal y lloro por niños en traje de abejorro.

El punto es: que estoy entre la línea de que me voy a romper por completo o supero toda esta maraña de estupideces que me están pasando.

Pero no todo fue malo, hoy escuché un disco de Louis Armstrong y sentí las enormes ganas de esas cosas románticas de la vida.

Also, hoy recibí mi primer regaño en la vida laboral, not kewl.

He tratado de escribir más, pero las mejores ideas se quedan en el camión :/

Y en otras noticias, los quiero.

Concertina.

 
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