Cada persona tiene una historia igual de importante o igual a la tuya, no es indiferencia, no es egolatría, es la vida.
Cuando decides renunciar a ella, esta cruelmente sigue sin mirar atrás, sin ponerse a meditar acerca de los acontecimientos, acerca de tu inexistencia pronta, simplemente decidiste rechazar tu vida junto a la de ella.
Mi rechazo no se debe a la indiferencia, si no a las circunstancias, prontas o futuras, simplemente serás un recuerdo, meros sueños que se irán borrando o modificando cada vez que los cuente. Rechazaras tu existencia junto a la mía, los recuerdos que tal vez formamos juntos, los días que tuve que hacerte reír, los días que tuve que hacerte llorar, los días que simplemente estuve ahí.
Quisiera nunca regresar y simplemente formar recuerdos en ti, en él, en ella, insignificantes, efímeros. No quiero que formes parte de mi destrucción, no quiero que seas cómplice de ella, no quiero que seas testigo de mí persona.
Cree que no puedo quedarme, cree que no puedo observar la belleza, cree que no puedo respirar los dulces aromas, ahora solo veo consumismo, solo veo autodestrucción, solo veo tristeza. No lo que solía ser, no hay risas, no hay caídas, no hay bocas con ventanas, no hay pieles entintadas, no hay brazos protectores y Chabelo los domingos.
Simplemente estamos tú, yo y la vida.
2 Morsas Vomitando:
Así pasa.
Atte: Juan Ramón Velázquez Mora.
Desde ahora todo será distinto. Y nadie nos aviso.
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