"El monte Fuji es sólo una montaña, nosotros estamos juntos y eso es una gran suerte..."
Cerezos en flor cómo se llamó en éste lado del continente, nos relata el viaje de Rudi (Elmar Wepper) y Trudi (Hannelore Eisner), después de que a Rudi se le diagnóstica cáncer terminal y del que sólo Trudi tiene conocimiento.
Trudi lo alienta a tomar un viaje para visitar a sus hijos y pasar tiempo en familia, pero se encuentran con que sus hijos están lo bastante ocupados como para pasar tiempo con ellos.
Por sorpresa Trudi fallece y es así como empieza la travesía de Rudi, por conocer quién realmente era su esposa, éste viaje lo hace llegar a Japón y conocer a Yu (Aya Irizuki) que lo acompaña hasta sus últimos días.
La película nos muestra dos escenarios completamente diferentes, por un lado tenemos a Berlín que es dónde viven sus dos hijos mayores, un lugar sobrio y cuenta con una típica familia europea con sus intereses personales, egoísmos y demás formas de humanismo.
Por el otro tenemos a Japón que es dónde vive su hijo menor, un lugar exótico, colorido, llamativo, con una fuerza imponente, en el cuál sólo nos podemos encontrar en los demás.
Cerezos en flor, está llena de simbolismos, sin pretenciones, en la cuál nos enmarca la perfecta soledad de los personajes y cómo aún con ilusión, aquellos que no están con nosotros nos acompañan (como nuestras sombras), así como lo muestran con el baile butoh.
Creo que es una película hermosa en todos los aspectos y te hace reflexionar acerca de quién eres y la marca que vas dejando en las personas con las que convives.
El trailer con esa voz se escucha bastante mal, pero sólo ponganle mute:
Se las recomiendo ampliamente y le doy gracias a Toni Mas por darme a conocer ésta película.
Y ésta fue mi escena favorita:
2 Morsas Vomitando:
No la encuentro :(
A mi me gustó mucho, y afortunadamente la exhibieron mucho en Celaya.
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